jueves, 19 de mayo de 2011

Alimento

Hoy ha sido un gran día. He vuelto a encontrar sensaciones con el barro, me he divertido mucho, he trabajado muchísimo, y creo haber creado una serie de buenas piezas, habrá que esperar el dictamen del fuego, el más feroz de los jueces de un ceramista. Una lastima no tener una cámara de fotos a mano para poder enseñar y compartir, esos tonos de barro húmedo que tanto me gustan, esos encuentros fortuitos...
Y lo mejor de todo es que lo necesitaba "como agua de mayo", como alimento, después de varios días, semanas llenas de desencanto y desaliento, donde no avanzaba, camino de piedras, montañas enormes. Revelación, lo llaman revelación. Y todo bañado y acompañado por el rum rum del 15-m. Maravillosa locura, un momento, una situación, un contexto.
Por otra parte, totalmente diametral, un pensamiento sobre la foto que acompaña esta entrada, (sustituta de mi momento) y las texturas que provoca. Nunca me he imaginado mi cerámica como formato de pared, como pequeños murales, pero no se, cuando me adentro en detalles de las piezas, detalles que en el conjunto de una obra pasarían y pasan desapercibidos, me pregunto si serán válidos, si funcionan , incluso, si ayudarían a explicar, y por lo tanto, a entender un poquito mejor el desarrollo de mi trabajo, ese cúmulo de memoria, identidad y valores propios. Nada, un día reconstruido y tranquilizador, alegre, "como aguas de marzo".

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