sábado, 26 de marzo de 2011

Desde el corazon 4.0


Con esta entrada intentaremos ofrecer un homenaje a Françoise Philippart de Foy, mi ex-compañera de estudio o taller, ¿ex-ceramista?, que tal día como hoy es su cumpleaños, pillando una edad redonda (no la diremos por aquello), y trataremos el tema desde el principio, tal y como yo lo entiendo o creo que se suceden los hechos, sin saber fechas ni realidades.
Fran tiene su primer contacto con la cerámica acudiendo a los cursos de iniciación que impartía Eduardo Andaluz en su taller, supongo que a finales de los 80', y dada su versatilidad para los idiomas ( citaremos que ella es hija de padre belga y madre italiana, y domina ambos idiomas) se traslada a Italia y comienza estudios de cerámica en la prestigiosa escuela de Faenza, teniendo como maestro nada más y nada menos que a Bruno Munari. Este encuentro marcará mucho su trayectoria como ceramista, sobre todo en su visión de la decoración de las piezas, el tema que trataremos en las fotos que acompaña esta entrada. Se licencia y vuelve a la isla ( Gran Canaria) y monta el taller La Lumaca ( caracol en italiano, por eso de ir con la casa a cuestas por la vida, entre otras leyendas del porque este nombre) y su producción, entre piezas de gres de alta temperatura, se diferencia del resto por su decoración de loza traída desde Italia y decorada a mano con motivos inocentes y modernos de puntos, rayas y espirales, con muchísimo color. Como ejemplo el enorme entremecero de la fotografía. ( Aprovecho para señalar que todas estan realizadas por el magnifico fotógrafo canario Tato Gonçalves).

Durante los sigientes años de taller, su producción se centra cada vez mas en los objetos utilitarios, tales como tazas y jugos de café o té, y el diseño. Empieza a investigar como lograr crear estos objetos de forma semi-industrial, con materiales duraderos, y al mismo tiempo, de que forma introducir elementos de la gran iconografía aborigen canaria en sus piezas, tanto en forma como en decoración, sacando al mercado su serie "Iconema", juegos minimalistas y modernos, tan hype por aquellos tiempos, blancos, y en medio de todo esto, realiza un viaje a Japón derante tres semanas, y su pasión incondicional por la cerámica sigue creciendo.

Siempre tuvo muy claro a que tipo de cliente debería ir destinado su producto, un cliente de un nivel social-económico medio alto, y empieza a introducir decoraciones con metales preciosos (oro y platino) en sus piezas de loza italiana y nuevamente este encuentro cambia su rumbo y preocupación.
Preocupación por la pobre resistencia de la loza, tendiendo a descascarillar pronto, por lo cual el precio a pagar se corresponde por el trabajo y coste de material, pero no por su capacidad a resistir una larga vida de uso, y abandona la loza y comienza a estudiar la decoración sobre porcelana industrial, fabricada en Girona, y a las cuales traslada todos sus motivos decorativos, casi cerrando así un circulo, pues su último paso era lograr decorar con colores. Sobra decir que toda esta produción a sido muy criticada por ciertos sectores artesanales, poniendo en duda su valor y creatividad.

Bueno, en medio de todo esto, en algún lugar debería haber añadido otras muchas cosas, como su fuerza, empuje, atrevimiento y persistencia, y mi introducción en el taller (sin duda la cosa, el momento más importante de su vida, por encima de todo lo señalado, del nacimiento de su hija Giulia Luna y sus gatos), pero esto es un sentido homenaje a su trabajo y a ella, y el resto pa' otro día.
Françoise, ¿ Ex-ceramista?, pues este oficio lo a ido abandonando poco a poco por las pocas satisfacciones que le han sido devueltas, nuevamente quiere realizar cambios en su vida, y a continuación os dejo con el enlace a su blog recién salido del horno, y un vídeo donde nos enseña sus nuevos retos y propósitos. Desde el corazón.

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