Y que mejor que hablar de mi cerámica para saber sobre mi punto de cocción y creer en lo que no creer, en lo difícil para un artista, en el poder separar y dividir. Entender.
Estas botellas ( se trabajó una pequeña serie) pertenecen al pasado invierno, y dentro del juego del recuerdo, y la vuelta a largas menciones, buscábamos asaltar ese formato tan concurrido y repleto de cualidades; ese recipiente cargado de vida y destrucción, sugestivo y amargo. Para ello recurrimos a diferentes elementos, barros finos que contrasten con otros duros, colores limpios con otros sucios, creciendo mediante construcción de capas, una tras otra, como pequeños tragos, largos, tambaleándonos en todo momento, pero intentando mantenernos recto. Grietas y arrugas combinan con sonrisas, mentiras y verdades. Una botella y todo lo que provoca y evoca. La zona sucia. Un camino y un clásico.
Para mí que te daría unas gotas de sclerathus y unas de gentian... Tal vez incluso añadiría unas de larch... En fin, de seguro que te daba una botellita.
ResponderEliminarSaludos amores! Y si esas esencias ayudan a mantener un equilibrio, habrá que probarlas. Besotes.
ResponderEliminarpara los dolores de cabeza yo te pondría una bolsa con hielo en la azotea... y los pies en agua caliente. si funciona, dejamos el termalgín y mejor para el hígado. si no funciona, a l menos entretiene. (dicen los chinos que sí funciona porq restaura el calor descompennsado q hay en un dolor de coco).
ResponderEliminarlas tristezas y todo eso... hay que pasarlas!
salud!
Gracias por el consejo. Como me cuidais, ni una madre.
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